El último paso es monitorear y controlar el alcance del proyecto, lo que significa rastrear y medir el progreso y el desempeño del proyecto en comparación con la línea de base del alcance, y garantizar que el alcance permanezca consistente y estable durante todo el proyecto. Es necesario utilizar herramientas como: Verificación de alcance, que es un proceso que verifica que los entregables cumplan con los requisitos y sean aceptados por las partes interesadas. Informes de rendimiento del alcance, que son documentos que muestran el estado y la variación del alcance, como el trabajo real frente al planificado, los entregables, el tiempo y el costo. Solicitudes de cambio de ámbito, que son propuestas formales que describen la necesidad, el impacto y los beneficios de cambiar el ámbito.
Definir el alcance de un proyecto es una habilidad vital para los coordinadores de proyectos, ya que establece las bases y la dirección del proyecto. Al seguir estos pasos y las mejores prácticas, puede determinar el alcance de un proyecto de manera efectiva y eficiente, y asegurarse de entregar resultados de calidad que cumplan con las expectativas de las partes interesadas.