No existe una regla o estándar fijo para elegir la escala de un mapa geológico, pero hay algunas escalas comunes que se usan ampliamente para diferentes tipos de mapas geológicos. Por ejemplo, los mapas geológicos regionales, que muestran las amplias características geológicas y los patrones de grandes áreas, como continentes, países o provincias, generalmente usan escalas pequeñas, como 1: 1,000,000 o 1: 2,500,000. Estos mapas son útiles para proporcionar una visión general de la geología de una región y para identificar estructuras, tendencias y relaciones geológicas a gran escala. Sin embargo, no pueden mostrar muchos detalles o variaciones en la geología local, y pueden tener errores o incertidumbres significativas debido a la falta de datos o la generalización de los datos.
Por otro lado, los mapas geológicos locales, que muestran la geología detallada de áreas pequeñas, como ciudades, pueblos o sitios, generalmente usan grandes escalas, como 1: 10,000 o 1: 5,000. Estos mapas son útiles para proporcionar una imagen detallada y precisa de la geología de una ubicación específica, y para identificar características geológicas a pequeña escala, como fallas, pliegues, contactos y tipos de rocas. Sin embargo, no pueden mostrar el contexto regional o las implicaciones más amplias de la geología local, y pueden requerir una gran cantidad de datos y trabajo de campo para producir.
Entre estos dos extremos, hay escalas intermedias, como 1:100.000 o 1:50.000, que se utilizan a menudo para mapas geológicos subregionales o de distrito. Estos mapas son útiles para proporcionar un compromiso entre las perspectivas regional y local, y para mostrar las principales características geológicas y características de un área, como la estratigrafía, la litología, la estructura y la mineralización. Sin embargo, todavía pueden tener algunas limitaciones o compensaciones en términos de detalle y precisión del mapa, dependiendo de la disponibilidad y calidad de los datos, y los métodos y técnicas de mapeo.