¿Cuáles son las mejores formas de integrar la estratigrafía secuencial con la interpretación sísmica?

1 Definir los objetivos

Antes de iniciar la integración, es importante definir los objetivos y el alcance del proyecto. ¿Cuáles son las principales preguntas o problemas que deben abordarse? ¿Cuáles son los datos y recursos disponibles? ¿Cuáles son las limitaciones e incertidumbres? Dependiendo de los objetivos, la integración se puede hacer a diferentes escalas y niveles de detalle. Por ejemplo, si el objetivo es evaluar la historia tectónica y deposicional regional de una cuenca, la integración puede centrarse en la identificación y correlación de los principales límites de secuencia y tramos de sistemas a través de grandes áreas. Si el objetivo es evaluar el potencial de reservorio y la heterogeneidad de un campo específico, la integración puede centrarse en la caracterización y mapeo de facies y parasecuencias individuales dentro de una secuencia.

2 Revisar la calidad y la cobertura de los datos

El siguiente paso es revisar la calidad y cobertura de los datos sísmicos y de pozos que se utilizarán para la integración. La calidad de los datos sísmicos depende de factores como los parámetros de adquisición, las técnicas de procesamiento, la resolución, la relación señal-ruido y la preservación de la amplitud. La calidad de los datos del pozo depende de factores como el intervalo de muestreo, los métodos de registro, el análisis del núcleo y la bioestratigrafía. La cobertura de los datos se refiere a la distribución espacial y temporal y a la densidad de las líneas sísmicas y la ubicación de los pozos. La calidad y la cobertura de los datos afectan a la fiabilidad y precisión de la integración, así como al nivel de detalle y confianza que se puede lograr. Por lo tanto, es esencial evaluar las fortalezas y debilidades de los datos, e identificar cualquier brecha o inconsistencia que deba abordarse o mitigarse.

3 Establecer el marco estratigráfico de la secuencia

El tercer paso es establecer el marco estratigráfico de secuencia para el área de interés, basado en los datos disponibles de los pozos. El marco estratigráfico de la secuencia consiste en definir y correlacionar los límites de la secuencia, las superficies máximas de inundación, los tramos de sistemas y las parasecuencias que representan las diferentes etapas y ciclos de cambio relativo del nivel del mar y la sedimentación. El marco estratigráfico de la secuencia se puede construir utilizando una combinación de métodos, como la litoestratigrafía, la bioestratigrafía, la quimioestratigrafía, la cicloestratigrafía y la cronoestratigrafía. El marco estratigráfico secuencial proporciona la base para comprender el ambiente depositacional, la distribución de facies y la arquitectura del reservorio de la cuenca sedimentaria.

4 Calibrar los datos sísmicos con los datos del pozo

El cuarto paso es calibrar los datos sísmicos con los datos de los pozos, utilizando técnicas como sismogramas sintéticos, inversión sísmica, análisis de atributos sísmicos y análisis de facies sísmicas. La calibración tiene como objetivo establecer la relación entre la respuesta sísmica y las propiedades de la roca, como la litología, la porosidad, el contenido de fluidos y el espesor. La calibración también ayuda a identificar e interpretar las firmas sísmicas y los patrones que corresponden al marco estratigráfico de la secuencia, como reflexiones, discontinuidades, terminaciones, geometrías y variaciones de amplitud. La calibración permite al geólogo traducir el marco estratigráfico de la secuencia basada en pozos a los datos sísmicos y extrapolarlos más allá del control del pozo.

5 Mapear los elementos estratigráficos de la secuencia en los datos sísmicos

El quinto paso es mapear los elementos estratigráficos de la secuencia en los datos sísmicos, utilizando técnicas como la selección de horizontes, el mapeo de isocoros, el corte sísmico y la representación de volumen sísmico. El mapeo tiene como objetivo delinear y cuantificar la distribución espacial y la variación de los límites de la secuencia, las superficies máximas de inundación, los tramos de sistemas y las parasecuencias en los datos sísmicos. El mapeo también ayuda a revelar las características estructurales y deposicionales que controlan o influyen en la estratigrafía de la secuencia, como fallas, pliegues, domos de sal, canales, lóbulos y arrecifes. El mapeo permite al geólogo visualizar y analizar la arquitectura tridimensional y la evolución de la cuenca sedimentaria.

6 Validar y refinar los resultados de la integración

El último paso es validar y refinar los resultados de la integración, utilizando técnicas como la validación cruzada, el análisis de sensibilidad, el análisis de incertidumbre y las pruebas de escenarios. La validación tiene como objetivo comprobar la consistencia y precisión de los resultados de la integración, comparándolos con fuentes de datos independientes o alternativas, como descripciones de núcleos, datos paleontológicos, datos geoquímicos o modelos análogos. La validación también ayuda a identificar y resolver cualquier discrepancia o conflicto que pueda surgir de la integración, como superficies no coincidentes o faltantes, correlaciones erróneas o ambiguas, o interpretaciones poco realistas o contradictorias. El refinamiento tiene como objetivo mejorar la calidad y resolución de los resultados de la integración, mediante la aplicación de métodos adicionales o avanzados, como la extracción de atributos sísmicos, la clasificación de facies sísmicas, la simulación estratigráfica sísmica o la geomorfología sísmica. El refinamiento también ayuda a mejorar la comprensión y la predicción de la estratigrafía de la secuencia y sus implicaciones para la caracterización y exploración de yacimientos.

7 Esto es lo que hay que tener en cuenta

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