La teoría de juegos clasifica los juegos en diferentes tipos en función de las características de los jugadores, la información disponible y los resultados. Por ejemplo, los juegos cooperativos permiten a los jugadores comunicarse y formar acuerdos vinculantes, mientras que los juegos no cooperativos requieren acciones independientes y egoístas. Los juegos simultáneos involucran a los jugadores que toman sus decisiones al mismo tiempo, sin saber lo que los demás están haciendo, mientras que en los juegos secuenciales, los jugadores se mueven en un orden predeterminado y pueden observar los movimientos anteriores. Los juegos de suma cero tienen un pago total constante, lo que significa que la ganancia de un jugador es la pérdida de otro; Por el contrario, en los juegos de suma no cero, la recompensa total puede variar y los jugadores pueden tener ganancias o pérdidas mutuas. Por último, los juegos simétricos tienen las mismas estrategias y recompensas para todos los jugadores, mientras que los juegos asimétricos tienen diferentes estrategias y recompensas. Al comprender el tipo de juego al que se enfrenta, puede aplicar herramientas y métodos adecuados para analizarlo y resolverlo.