Con
frecuencia en nuestras familias tenemos una persona dependiente (aquella que
por causa de su edad, una discapacidad o una enfermedad no puede valerse por sí
misma, o carece de la inteligencia suficiente para tomar decisiones), preocupándonos
más, de las tareas que debe llevar a cabo el cuidador, que la calidad de vida del mismo cuidador.
El cuidado de personas dependientes es una labor compleja y en ocasiones
muy dura, debemos tener en cuenta las necesidades particulares del paciente, la
dedicación que precisa y la gestión de sus cambios de humor; lo que acaba
generando estrés en el cuidador y afectando su bienestar y su estado de ánimo,
impidiendo que realice su trabajo con la misma eficacia.
Por ello es crucial tener en cuenta los cuidados necesarios para el cuidador a la hora de establecer las pautas del cuidado de nuestro familiar. A veces, lo más difícil es detectar que el cuidador está teniendo problemas de estrés que están afectando a su salud.
Estos son los signos de alarma que deben ponernos alerta para aumentar los cuidados al cuidador:
Ansiedad
Susceptibilidad
Agotamiento
Defensas
bajas
Aislamiento
social
Sensación
de no disponer de tiempo para uno mismo
Imposibilidad
de conciliar el sueño
Dificultad
para gestionar la situación
Negación del problema
Si
el cuidador padece algunos de estos signos, es que está comenzando a padecer
estrés y a mermar su bienestar y su salud mental. Por ello, es importante que
para paliar el problema y ayudar al cuidador, sigamos una serie de consejos:
*
La responsabilidad que conlleva el cuidado de una persona dependiente suele
provocar que el cuidador se autoimponga una exigencia desmesurada, por lo que
el primer paso para liberar al cuidador de esa carga es necesario aceptar que
el tiempo es limitado y las capacidades psicológicas y económicas tampoco son
infinitas.
*
Estar las 24 horas con la persona dependiente no mejorará su salud. Impedir que
el paciente tenga cierta autonomía para realizar tareas sencillas, además de
sobrecargar al cuidador, agudizara su dependencia.
* Es importante que el cuidador cuente con una persona de confianza para compartir con libertad las complicaciones de su trabajo y algunas de sus tareas.
*
Una persona dependiente no puede estar al cuidado de una sola persona, es
importante repartir el trabajo y hacer que participen otros miembros de la
familia para que la carga no recaiga en una sola persona.
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Permitir a la familia dar una mano. Una reunión familiar puede ayudar a
organizar los horarios de todas las personas para que el cuidador pueda tomarse
descansos con regularidad.
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Involucrar a los amigos. ¿Es decir todas esas personas que siempre dicen:
"Dime si hay algo que pueda hacer para ayudarte"? Dígales cómo y
acepte sus ofrecimientos de ayuda. Confeccione una lista de tareas, como
comprar comestibles, lavar la ropa, cuidar del césped, limpiar el hogar o pasar
tiempo con sus seres queridos, coloque la lista en el refrigerador. Cuando
pregunten lo que pueden hacer, señale la lista.
*
Es también muy importante que el cuidador esté informado sobre los síntomas y
comportamientos habituales del enfermo ya que en ocasiones la ignorancia hace
que el cuidador se desespere ante determinadas actitudes de la persona
dependiente. Si sabe a qué se debe, Le es más fácil de gestionar.
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Es esencial que el cuidador tenga unas horas al día para sí mismo, alejarse
durante un rato de sus obligaciones y hacer algo que le hace sentirse mejor.
Esto le ayudará a poner distancia y será mucho más eficiente en su trabajo.
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Muchos cuidadores se sienten solos, ansiosos, culpables, furiosos, asustados,
confundidos o cansados. Permítales descanso.
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Que el cuidador haga ejercicio. Así se trate de una caminata de 20 minutos o
una clase de yoga, el ejercicio es una excelente manera de reducir el estrés y
aumentar la energía.
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Un buen cuidador debe ser realista y no generarse falsas esperanzas en cuanto a
la curación o mejora del paciente. Lo ideal es que se establezcan objetivos a
corto plazo que ayuden tanto al cuidador como al dependiente a mejorar su
calidad de vida día a día.
*
La enfermedad o dependencia del paciente no es culpa de nadie y los signos de
estrés y cansancio del cuidador son habituales y comunes a todos los cuidadores
por lo que tampoco deben generar sentimientos de culpabilidad.
* La paciencia de un cuidador no es infinita, sentir cansancio es normal, la irritabilidad es muy habitual y sentir que la situación los sobrepasa son situaciones que debemos comprender en estas personas.
Ser el cuidador primario de un paciente es uno de los actos más
amorosos que una persona puede hacer por otra.
Tomado de varias fuentes en la Internet